El Entrenador: centrado en ego o tarea
- Mtro. Felipe Zavala

- 19 abr 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 1 jul 2023
Para hablar de este tema, me remontaré a unos años atrás en los que conocí a entrenadores con las características que ejemplifican los conceptos que se tratan en este escrito.
Conocí a un entrenador de mediana edad, que tenía un nombre sólido dentro de la disciplina, todos le tenían mucho respeto por su manera enérgica de llevar los entrenamientos y los juegos. Era el símbolo de un entrenador ¨exitoso¨, pero sobre todo, de un entrenador exigente. Así mismo, era alguien que por sobre todo, se consideraba un verdadero experto en la disciplina, el que ¨partía el queso¨, el más preparado, con el mejor método, el que estaba para dar campeonatos y cuando no era así, los jugadores habían fallado, no lo entendieron.

Así mismo, tuve la oportunidad de conocer a otro entrenador, un joven que recién egresado de la licenciatura en deportes, tenía un firme compromiso en ayudar a los chicos que entrenaba, siempre ocupado de como estaban, que habían aprendido, si estaban satisfechos con su labor y dedicaba tiempo especial a cada uno para que hiciera mejor las cosas, siempre en contacto con los padres para informales de los avances, más ocupado del desempeño que los propios resultados.
Ambos entrenadores que describo, tuvieron buenos resultados en su disciplina, sin embargo, su método, personalidad y trato hacia los deportistas es muy distinto, el primero está enfocado en el ego y el segundo en tarea.
Un entrenador enfocado en la tarea: identifica el nivel del atleta y el apoyo que necesita para su avance, invierte tiempo de manera individual, aplica una diversidad de técnicas o recursos para ver rendimiento. En cambio, el enfocado en el ego: se caracterizan por la alta aplicación de castigos, reducido apoyo, un método único de enseñanza y de comunicación.
Para un entrenador, no hay mayor satisfacción que ver la elevación del rendimiento de su entrenado y que este tenga cada vez mejores resultados en las competencias, después de horas de entrenamiento, sacrificios, inversión económica y demás.
Lograr que el deportista eleve su rendimiento es producto de un arduo trabajo en el que prevalece la disciplina, constancia y compromiso tanto del propio deportista, como del mismo entrenador, y es este último quien asume la responsabilidad de cumplir los objetivos trazados.








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